Trabajo a la cuerda.
Los accesorios necesarios para el trabajo a la cuerda de los caballos. Cabezadas, riendas, riendas auxiliares, cinchuelos y trallas.
Los primeros pasos de equitación de un potro se hacen trabajando a la cuerda. En un caballo adulto trabajar con la cuerda continuará siendo una constante en toda su vida. La eficacia de este tipo de trabajo con la cuerda consiste en saber usar las riendas auxiliares y tener una mano delicada que no estropee la boca del caballo.
Para nosotros las mejores riendas para el trabajo a la cuerda son las de algodón ya que son suaves, blandas y resistentes. En caso de que el caballo tire de las riendas son las que menos nos quemarán las manos. Por este motivo, para evitar rozaduras en las manos, aconsejamos el uso de guantes durante el trabajo a la cuerda. Las riendas tienen una longitud de entre 8 y 10´50 metros.
Ajustar correctamente la cabezada de trabajo a la cuerda es de vital importancia para que la sesión de trabajo sea eficaz. La muserola tiene que estar muy almohadillada y no volcarse hacia delante. Si cae hacia adelante la muserola se apoyara sobre la nariz y el caballo no estará cómodo. Normalmente estas cabezadas disponen de dos ahogaderos.
El caballo no trabaja sin el uso de riendas auxiliares, solo se mueve. Sin las riendas auxiliares solo consolidaremos los errores ya existentes en la musculatura del caballo. Existen numerosos tipos de riendas auxiliares: riendas fijas o laterales con y sin goma, Pessoa, Gogue, Chambón, con elásticos, etc.
Los cinchuelos están fabricados con materiales sintéticos o de cuero. Se ajustan con una cincha corta tipo doma y por debajo se coloca una mantilla. Los cinchuelos llevan anillas a ambos lados colocadas de manera simétrica para ajustar las riendas auxiliares igual a los dos lados.