Alejandro Jordà el pasado verano cumplió los 56 y sigue igual de activo en el Club de campo en Madrid donde está desde el año 1975. De hecho, nos encontramos, como cada año, en la Ruta de la Cerdanya y quise tener una charla con él para tomarle el pulso al mundo de la equitación en España y, entretanto, descubro algún detalle de su historia que desconocía. Me cuenta que nació en el Paseo de Gràcia de Barcelona, la cuna de los señores de la Ciudad Condal, cosa que veo que le encaja a la perfección ya que Alejandro Jordà es un señor de la cabeza a los pies y toda una institución en el mundo ecuestre. Me da un poco de reparo entrevistarle por mi ignorancia equina pero, en el fondo sé, que con él aprenderé muchas cosas de raíz.

¿Cómo ves el nivel de equitación en España?
El nivel no es malo. Tenemos jinetes que tienen mucho potencial pero las circunstancias o la estructura que rodea el mundo de la hípica en España no nos deja realmente avanzar y potenciar un poco más.

¿Qué nos falta?
Bueno, para empezar la materia prima que es el caballo no la tenemos. La cría es mala en cuanto al caballo de deporte… Cuando digo mala no quiero decir que sea en sentido peyorativo pero comparándonos con Francia, Bélgica, Inglaterra y Alemania estamos a años luz.

Y el cruce de españoles y caballos de deporte ¿cómo lo ves?
Hombre, está el caballo de deporte español…, la famosa sociedad Ancades que está tratando de potenciar esto para combatir esta deficiencia que tenemos, pero todavía queda mucho recorrido por andar.

¿El nivel de equitación ha cambiado mucho desde tus comienzos?
Si si, ya lo creo. No cabe duda de que, insisto, estamos por detrás a nivel europeo en cuanto lo que es la materia prima de los caballos pero a nivel de equitación tenemos jinetes buenos como ahora por ejemplo Sergio Álvarez Moya que está, precisamente, entre los veinte mejores jinetes del ranking.

¿Qué echas de menos del pasado?
Pues quizá no haber tenido la tecnología o la técnica que se está empleando ahora para montar a caballo. Antiguamente todo era mucho más natural, se desconocían las técnicas de preparación de los caballos y que si lo hubiera tenido en mi época pues no sé, a lo mejor…, hubiera llegado más lejos.

¿Qué te declinó por el salto?
Nada especial…, quizá que cuando eres joven pues el salto es menos metódico y hay menos imperativos y quizá está fuera la razón, pero a la hora de montar a caballo, a mi me divertía cualquier cosa, he jugado a polo, he hecho doma, completo…

¿Y crees que la gente del salto sabe poca doma?
De uno a 10 en España, salvo rara excepción, el nivel de doma en el salto no pasaría del tres o del cuatro…

¿Tan poco?
Desgraciadamente tan poco. Es imprescindible, vamos, es la base de la equitación, es el cien por cien. Pero el proceso es el siguiente, un señor que no sabe montar va a una escuela y lo primero que te enseñan es a pasar unas cruzadas y para entenderse, al cabo de un mes, está empezando a concursar en los sociales pero, en realidad, a este señor nadie le está enseñando a montar a caballo. Esta persona va aprendiendo a medida que va montando cada día, por lo que se encuentra pero, de hecho, nadie le dedica tiempo a la doma: a saber trotar, a saber galopar a saber avanzar, a saber parar.
Yo siempre pongo un ejemplo muy tonto, a un ingeniero de caminos si no le enseñan a sumar, multiplicar o dividir, difícilmente podrá hacer nada, no? Pues lo mismo pasa a caballo: si no sabemos trotar, parar, avanzar, girar a la derecha o la izquierda difícilmente vamos a poder hacer nada.

¿Y cómo crees que se debería hacer?
Tiene que ser día a día, porque son compatibles las dos cosas. Si en una semana vienes a montar cada día, deberías hacer doma cada día y, alguna vez saltar, pero que lo fundamental es la doma.

Tu que has sido seleccionador, ¿qué criterios se siguen para escoger al equipo?
Bueno te lo voy a decir en plan jocoso: no hay ningún plan establecido. En realidad, tenemos tan pocos caballos donde escoger que, desgraciadamente, para llegar a una buena preparación y poder llegar al objetivo, vas descartando a los caballos que se van quedando por el camino porque se quedan cojos, porque se paran, porque no van bien y, al final, los cuatro últimos que quedan son los que van al equipo.

¿Siempre van los mismos jinetes?
No, ha cambiado mucho. Antes habían los cuatro jinetes de siempre y era bastante inamovible pero ahora es mucho más voluble porque el nivel potencial de jinetes es muy bueno. Pero no tenemos caballos y cuando consigues que un buen jinete tenga algún caballo, pues éste es el que está en el equipo, cosa que esto antes no pasaba.

He oído algún jinete que se queja…
Bueno quizá hay un poco de favoritismos pero también es verdad, y no voy a ser yo quien critique a la Federación pero, a veces, tengo la sensación que la Federación se preocupa más de obtener buenos resultados de cara al Consejo General de Deportes que no de que España hípicamente funcione.

Y hablando de concursos, en un recorrido de alto nivel ¿con qué dificultades os encontráis?
Si eres un buen jinete y sabes preparar bien tus caballos y los tienes domados, pues en teoría el problema lo tienes resuelto. Yo lo que encuentro es que hay muchos jinetes que se topan con serias dificultades por no domar bien los caballos. Bueno, este es nuestro hándicap, yo cuando veo a los jinetes extranjeros: los alemanes, los ingleses, los franceses que tienen los caballos muy domados y, a parte, que tienen muy buenos caballos tienen una gran ventaja sobre nosotros.

En Alemania no te dejan hacer ni una prueba social si no tienes los estribos creo que es, en Alemania no sé como se dirá pero no sales a la pista si no los tienes estos galopes, y aquí en España todo el mundo hace lo que le da la gana. Es verdad que se está intentando poner un poco de orden pero vaya…

Y tu que has sido jinete olímpico ¿cómo se prepara un jinete olímpico?
No hay nada específico. Es cierto que cuando supe que iría a los JJ.OO pensé que debería prepararme de una manera especial pero la verdad es que los Juegos Olímpicos son como un concurso más, sólo que tiene unas connotaciones alrededor que hacen que sea más importante. Pero quizá lo primero que hay que hacer para los JJ.OO es pensar en el caballo. Dado que va a hacer un esfuerzo importante, hay que llegar con el caballo fresco, tranquilo y que no esté aburrido de saltar.

Y mentalmente ¿te preparas de alguna manera?
Yo estuve seleccionado para dos JJ.OO y, al final, sólo fui a unos. Y entonces la repetición es un grado porque vas cogiendo tranquilidad, más confianza y serenidad. De hecho, lo que necesita un buen jinete, es mucha serenidad para poder reaccionar en las mejores condiciones en todo momento.

¿Con qué momento te quedas de tu experiencia Olímpica?
Pues te voy a contar una cosa muy curiosa, recuerdo que dos o tres días antes se hizo la toma de contacto y el momento más álgido para mí fue cuando en la primera prueba clasificatoria tú oyes el murmullo general. Dicen tu nombre, “por España a la pista con el caballo tal…” y en este momento, cuando suena el timbre, se oye un silencio sepulcral y yo pensé: ¡Qué puñetas estoy haciendo yo aquí!! Para mí este fue el momento más emocionante. Es que, de repente, de golpe y porrazo, estás deseando estar allí y no sé cuantas televisiones hay y te está viendo el mundo entero y todo esto te pasa por la cabeza en unos instantes pero luego ya una vez rodado ya está. Se te pasa todo.

¿Los jinetes son conscientes del atleta que llevan debajo?
Va mejorando. Es verdad que hasta ahora no, porque se consideraba como un animal y ya está. Pero ahora cuando los jinetes consiguen un buen caballo lo cuidan mucho porque saben lo que cuesta encontrarlo.

¿Se preocupan de ajustar bien los equipos?
El amateur a nivel de grupo 2 no tanto, pero a nivel de competición, los jinetes buscan siempre lo mejor para su caballo.

Y en este sentido, ¿crees que las marcas fomentan el I+D?
Sí, sin duda. Las monturas han mejorado mucho comparándolas con las monturas en que yo usaba antes que eran de después de la guerra. No tienen nada que ver, son mucho más sofisticadas, ya que se pueden hacer altas, bajas, pequeñas, grandes, medianas y, además, de todos los colores. Y no sólo me refiero a las monturas, de hecho pasa lo mismo con las cabezadas, los filetes, los herradores,… todo, todo.

¿Qué parte de cabeza hay en este deporte?
Yo siempre he dicho que el caballo es el 80% o el 75% para no exagerar, pero bueno, el jinete tiene que saber lo que necesita su caballo. Este 25% debe saber lo que come, cuando lo come y que es lo que necesita. Este es el 25% que debe añadir el jinete y entonces, es una unión de dos sí realmente consideras tú caballo como una parte tuya. En este caso, él te va a dar todo lo que tiene, sin embargo, cuando consideras a tu caballo cómo una cosa material pues realmente un día no te dará lo que le pidas. Entonces es realmente cosa de dos: un binomio.

¿El jinete debe cuidar su alimentación también?
Es verdad que más que la alimentación del jinete, en España y la gran mayoría de jinetes en el mundo, no hacemos ningún tipo de ejercicio complementario ni de estiramientos antes de montar. No hacemos nada.
Recuerdo muy poquitos jinetes que se hayan preocupado de su físico para montar a caballo, sólo Michael Robert y algunos otros, pocos.

Pero no dicen ¿que es el deporte más completo?
No para nada, al contrario. Un jinete profesional puede montar diez caballos y no se cansa porque él se deja llevar. Sólo ejercitamos una serie de músculos pero luego el resto del cuerpo no se mueve para nada. Un jinete que lleva ya muchos años montando, lo ves andar y está deformado, sobretodo porque no hace ningún tipo de ejercicio complementario.

¿Cuál es tu rutina?
Ahora ya he cambiado un poco, pero me suelo levantar temprano por la mañana, a las 6.30, suelo tomar un café y empiezo a montar en el Club de Campo de Madrid.

¿Es un trabajo duro?
Más que duro, es muy intenso. El problema que tiene el mundo del caballo, es que tu no puedes decir hoy no voy a hacer esto o lo otro. Mientras que si tienes una moto de trial si no vas en moto un día, no pasa nada.

¿A cuántos concursos durante el año?
De 20 a 30 concursos al año que significan 20-30 fines de semana fuera de casa.

¿Cómo lo lleva la familia?
O aguanta o lo tenemos mal…de hecho, los hípicos solemos estar casados con gente hípica.

¿A tu hija Andrea qué tal le va montando?
Ella está en el grupo 2. Andrea se divierte mucho montando pero yo siempre le aconsejaría que si quisiera dedicarse a eso mejor que lo desarrollara fuera de España.

¿Qué necesitas verle a un caballo?
Bueno, lo más importante para mí es que el caballo tenga corazón porque puede ser un pedazo de caballo pero, sobretodo, debe tener ganas de saltar.

¿Y les coges mucho cariño a los caballos?
Si soy un romántico en este sentido. Es verdad que hay otros jinetes que no lo son y yo soy más culpable porque cometo un error. Lo trato como un animal e intento que sea parte de mí y de mi familia.

¿Qué es lo que te enseñan los caballos?
Te enseñan a tener paciencia, a tomar decisiones que no te gustan pero que tienes que tener la cabeza muy fría porque ellos no entienden, esperan que tú les expliques las cosas.

¿Hay más jinetes inconscientes ahora?
No, yo pienso que los jinetes son más conscientes que antes. Ahora se ha depurado la técnica y se sabe más.

¿Qué te parece la vestimenta?
Quizá yo ya soy muy antiguo: Me gusta lo clásico. Pienso que es verdad que en días concretos hace mucho calor y es complicado y tal, pero pienso que esta vestimenta no se debería perder. Pienso que este es un deporte de señores, de caballeros, y no se debería perder más que nada por respeto al prójimo.

¿Qué aconsejarías a una persona que quisiera aprender a montar?
Le diría que no tenga prisa. El problema es que los jinetes que empiezan ahora quieren ir aprisa. Hombre, si se trata de un jinete maduro que empieza a montar a caballo, que no tiene aspiraciones deportivas de ninguna clase pero, sin embargo, quiere empezar hoy y competir mañana…le recomendaría mucha paciencia y tranquilidad porque lo más importante en este deporte es la experiencia.