Gracias a la manta de invierno al caballo no le crece el pelo largo, ya que se consigue que el sudor del caballo se seque mucho más deprisa después de una sesión de trabajo. Enmantar al caballo es prepararlo para el entrenamiento. Podemos decir que la manta hace la función de pelo largo para un caballo.
En otoño y en invierno los caballos usan mantas de cuadra o de paddock impermeables dependiendo de si viven en un box o en un paddock. En España, las mantas de cuadra (no impermeables) suelen llevar un forro de 150 o de 200 gramos. En algunos casos 300 gramos (según la zona o la instalación donde vive el caballo). Por lo que respecta a las mantas de paddock o exterior, recomendamos mantas con un gramaje de 300 gramos. Normalmente, las mantas de 400 gramos suelen utilizarse en los países del norte de Europa.

Lo importante en una manta para caballos

Lo que es muy importante es que las mantas se ajusten bien al caballo. Además de ponerle la manta con su talla correcta, debe ajustarse bien a la morfología del caballo. Es una idea parecida a la ropa de las personas: además de la talla necesitamos un buen ajuste para que resulte cómoda.
Cada manta está diseñada y fabricada con un patrón distinto. Por ello, recomendamos probarle diferentes mantas hasta encontrar la que mejor se adapte a cada uno de nuestros caballos. Para conseguirlo, disponemos de mantas con aperturas en las espaldas, en forma de fuelle, que suelen funcionar en caballos que se resisten al patrón estándar. También disponemos de alargadores de pecho para aquellos caballos anchos y protectores de manta para los equidos de piel sensible que se rozan con frecuencia, sobretodo en las espaldas o en la zona de la cruz.

Si te ha interesado este artículo, te gustará ver