Bouazza tiene 38 años vino desde Marruecos directamente a Barcelona con la intención de trabajar con animales vivos. Consiguió su primer trabajo en el Open Sports Club, donde estuvo durante cinco años trabajando. Allí empezó a coger clientes hasta que conoció a la familia Gil para quien trabaja ahora. Está muy contento porque no le falta de nada. Nunca ha parado de trabajar y le encanta cuando llega por la mañana al Club de Polo de Barcelona y los caballos le llaman… “esto es como si estás en un restaurante y ves al camarero llegando!! Te pones contento porque sabes que es él quien te cuida y te sirve la comida”.

¿Cuándo empieza tu relación con los caballos?
Mi padre vive en el campo, fuera de la ciudad y tiene todo tipo de animales vivos: vacas, ovejas, cabras, un caballo, un mulo, un burro…, en fin, tiene de todo. Cuando era pequeño yo iba a estudiar a la ciudad a unos tres kilómetros y allí esperaba terminar pronto para volver a casa para ayudar a mi padre con los animales. Allí empezó todo.

¿Y has montado alguna vez?
En Marruecos pero aquí poca cosa, un poco al trote, al paso y ya está.  Allí se monta distinto. La verdad es que hay muchos caballos pero son caballos de fantasía como le llamamos nosotros, de estos que los jinetes llevan turbantes y escopetas y después, también hay caballos que se montan como aquí.

¿Y los caballos que tienes a tu cuidado sienten predilección por ti?
Bueno yo soy el mozo que los cuida y ellos lo saben. Cuando llego por la mañana me llaman. ¡Esto es como si estás en un restaurante y ves al camarero llegando, te pones contento porque sabes que es él quien te sirve la comida!

¿Qué hace exactamente un mozo de cuadra?
De hecho, es un cuidador de caballos. Él es quien limpia la cuadra, prepara y des-prepara el caballo, lo ducha cuando lo desmonta el jinete y después lo lleva a la cuadra. También debe ponerle las vendas si ha saltado o no, dependiendo del trabajo que ha hecho el caballo.

¿Cómo ves el nivel de los mozos en España?
De verdad que está muy bien, está muy alto. El mozo aquí hace de todo, ¡¡incluso casi de veterinario cuando pincha el caballo!!

¿Qué cualidades debe tener un mozo?
En primer lugar, paciencia. Además hay que tener gusto de trabajar con los caballos y tratar bien a los animales. Si no quieres hacer estas cosas, mejor no te acerques al mundo de los caballos. Son animales vivos y ellos siempre tienen miedo de nosotros y tú siempre tienes que enseñarles y educarlos.

¿Se aprende con el tiempo?
Claro, con el tiempo se aprende todo. A mi me he llegado un potro al que nadie podía ni siquiera acercarse. Ahora le pongo la rasqueta en la cara y baja la cabeza y se va acostumbrando.

¿Cuando aterrizaste en Barcelona cómo te espabilaste?
Me busqué la vida. A mí quien me ayudó mucho a conseguir mi primer trabajo fue Curro Goyoaga. Estoy muy contento, no me falta nada.

¿Lo más importante en un concurso qué es?
Que haya buenas instalaciones esto incluye también asesorarse de si hay tiendas para hacer compras de última hora para que todo salga perfecto.

¿Cuándo puede surgir un problema?
Algunas veces llegamos a un concurso y vemos que hay viruta en lugar de paja y el problema es que tus caballos están acostumbrados a la paja y la viruta no les va bien, por lo que debes buscar una solución y tratar de encontrar la paja. Con la experiencia te das cuenta que es muchísimo más práctico asesorarte antes de ir al concurso para averiguar qué es lo que hay. Me pasó una vez en Toledo que no conseguí paja y desde entonces siempre llamo antes de ir al concurso para saber lo que te vas a encontrar.

La viruta, ¿no sirve?
El problema de la viruta es que a veces tiene mucho polvo y cuando llegas, el caballo está cansado del viaje y se revuelca por la cuadra y se llena de polvo los ojos.

¿Tus caballos preferidos?
Para mí son los de salto porque son muy divertidos. Cuando un caballo de salto entra en la pista tu puedes seguir el recorrido y si tira una barra todo el mundo sabe que esto se penaliza con cuatro puntos o les ponen puntos por exceso de tiempo, etcétera En cambio, cuando un caballo de doma entra en la pista es todo más complicado porque un juez le pone una puntuación y otro, sin embargo, le pone otra y tu no entiendes demasiado porqué.

¿Sigues la competición?
Sí, me encantan los concursos. Cuando llegué a España y vi los concursos pensé que me encantaría hacer aquello y ahora ya hace diez años que estoy en esto. Hago aproximadamente unos treinta concursos al año. Cada mes suelo hacer dos o tres concursos.

¿Y durante el día qué haces?
Después de un concurso como por ejemplo la Ruta de la Cerdanya, el día que no hay concurso dejo los caballos en el campo sueltos en un paddock porque me sabe mal dejarlos en la cuadra encerrados, prefiero que estén relajados siempre y cuando nos lo podamos organizar con mi jefe.

¿Qué relación tienes con el jinete?
El mozo siempre tiene que hacer lo que le diga su jinete. Siempre debe tener el caballo listo. Y si estás en un concurso, el mozo tiene que tener el número de orden de salida y estar preparado para todo. Por ejemplo, tener las botas a punto, el caballo a tiempo, acompañar al jinete a la pista y ponerle lo que te va pidiendo como una cruzada, un oxer … en fin, todo lo que te pida el jinete.

Algunas veces me encargo también de las inscripciones, de hacer algún cambio de última hora, de apuntar los caballos a distintas alturas, etcétera

¿Te preocupas del resultado de los jinetes?
Claro, claro que sí, me preocupa mucho, es algo que me enorgullece. Además, tengo que estar informado para luego saber como han ido los resultados.
En la Ruta de la Cerdanya de este año pasado nos fue muy bien y nunca habíamos hecho tan buenos resultados. Blanca Gil quedó segunda en el Gran Premio y estábamos todos muy contentos, además, yo estaba haciendo el Ramadán y todo era como un poquito más complicado. Pero estamos muy contentos aunque el último caballo que salió a pista en el desempate,  al final nos quitó el primer lugar.

¿Crees que los jinetes valoran el trabajo que hacen los mozos?
¡Hombre y tanto sobre todo si ganan, entonces aún lo valoran más!!  Siempre lo valoran pero si ganan todavía más. Cuando vas de concurso y llega el jinete y lo encuentra todo impecable, claro que lo valora, lo valoran mucho.

¿Y cuanto tiempo llevas con la familia Gil?
Desde el año 2000 cuando Blanca estaba montando ponis. Yo le guardaba los ponis cuando íbamos de concurso con la gente del Open y, al final, estuve cinco años en el Open y después me llamó su padre y me ofreció trabajar con él y me pagó el carnet de camión y tengo contrato fijo con ellos casi desde el 2006.

¿Cuál es tu rutina diaria?
Yo no les doy de comer a los caballos. Aquí en el Polo se ocupan de la alimentación de los caballos. Yo llego al Club y me preocupo de lo que veo. Debo cepillar los caballos y tenerlos a punto para cuando venga el profesor y sacarlos a pasear por la mañana y darles cuerda por la tarde o, al revés, darles cuerda por la mañana y sacarlos a pasear por la tarde. En los concursos sí que me ocupo de darles el alimento y los electrólitos.

 ¿Y lo más complicado?
Es vigilar que con las moscas el caballo no te dé una patada. No hay que confiarse mucho son animales vivos.